Tras
las restricciones impuestas por Estados Unidos sobre Huawei, el iPhone podría
ser blanco de las represalias de Pekín y también tendría mucho que temer.
El
veto de Google a Huawei, seguido de nuevos portazos de otras empresas
estadounidenses, como Intel o Qualcomm, ha tensado la cuerda en la
industria tecnológica. La inclusión de Huawei en la lista negra de Estados
Unidos impide a las compañías de este país vender hardware y software a
la firma china. Las consecuencias de esta coyuntura no se pueden prever a largo
plazo. Pero sí se espera que haya represalias por parte de Pekín.
La
guerra comercial que libran ambos países ha sido un toma y daca intermitente
durante el último año. Donald Trump ha vuelto a subir el tono del
enfrentamiento y cabe esperar que el Gobierno chino haga lo propio. ¿Podría su
próximo movimiento tener como objetivo al iPhone? En China Huawei es una
compañía que hace marca del país a nivel internacional. Lo mismo que Apple para
Estados Unidos, así que no resultaría descabellado que el Ejecutivo chino
buscara el desquite en el smartphone de Apple.
¿Qué tiene el iPhone de China?
En
un ejercicio de ficción política, en el que el gobierno chino impidiera a las
compañías nacionales hacer negocios con Apple, la fabricación del iPhone se
vería seriamente afectada. La multinacional estadounidense publica una lista
donde detalla los proveedores con los que trabaja, más de 200, de 43
países diferentes.
Dentro
de esta lista hay un buen montón de empresas chinas y también muchas
taiwanesas, que han forjado su negocio a base de levantar fábricas en las zonas
económicas especiales, creadas por Deng Xiaoping en los ochenta. Aunque Apple
no revela cuáles trabajan en el iPhone ni qué componentes específicos aportan.
Una
de las empresas que proporciona las baterías del iPhone es Sunwoda
Electronic, con sede en Shenzhen, aunque también Samsung provee este
componente. BYD Electronic, una spin off del fabricante de coches chino BYD,
produce piezas para móviles y figura entre las compañías que sirven a Apple.
Nombres
poco conocidos como AAC Technologies (fabricante de receptores, módulos de altavoz
miniaturizados, micrófonos), Cathay Tat Ming Precision Metal Products
(producción de metales), Chengdu Homin Technology (piezas de contacto de la
batería, elemento de protección) o China Circuit Technology (circuitería) son
otros ejemplos de empresas chinas que sirven a Apple.
Al
mismo tiempo trabajan en el iPhone infinidad de compañías taiwanesas, que
fabrican en China y podrían verse sometidas a restricciones por Pekín. Los
chips de la serie ‘A’ los diseña Apple, pero los produce TSMC, el mayor fabricante
de semiconductores del mundo. Sus fábricas están en China y en Taiwán. El
ensamblaje del iPhone lo hace Foxconn, fuertemente implantada en el gigante
asiático. Apple trabaja con otra compañía taiwanesa, Pegatron, que a raíz de la
guerra comercial ha movido algunas de sus fábricas a Indonesia.
En
cuanto al software, en Estados Unidos y Europa no se usan apenas
aplicaciones chinas en el iPhone. Solo algunas son populares entre los
usuarios, como la de AliExpress (del gigante chino Alibaba) o TikTok, la red
social de vídeos musicales que hace furor entre los más jóvenes (perteneciente
a ByteDance, una compañía china de Internet).
Pero
China podría cortar por lo sano si quisiera. Si Trump ha impedido la venta de
dispositivos Huawei en Estados Unidos, Xi Jinping podría hacer lo propio. Solo
que Huawei no está presente en el mercado americano. Apple, en cambio, obtuvo
en 2018 más del 15% de su facturación en el gigante asiático. Tampoco sería
algo descabellado. No hay que olvidar que Google, Facebook o Amazon, están
vetados en el país asiático. Apple es, en realidad, una de las excepciones a la
regla.
¿Qué tienen los Huawei de Estados
Unidos?
Muchas
cosas, como ya se ha visto estos días. El software es la parte más
delicadas. Los terminales Huawei y Honor (la segunda marca del fabricante)
tendrán que abandonar Android, tal y como lo conocemos. Trump ha dado una
prórroga de tres meses, a partir de la cual Google dejará de actualizar el
sistema para Huawei.
A
falta de ver cómo esto afecta realmente a los usuarios –el código
abierto de Android ofrece ventajas para crear un nuevo sistema operativo– las
aplicaciones estadounidenses son una parte vital para los teléfonos de Huawei.
Ni la suite de apps de Google (Gmail, Maps, YouTube, Calendar, Drive, el
buscador…), ni Facebook (junto con Instagram, WhatsApp, Messenger), Netflix,
Twitter, Amazon, Skype estarían permitidas en los terminales de la marca china.
Está
por ver si Huawei logra construir una plataforma que permita ejecutar todas
estas aplicaciones desarrolladas para Android. Hay precedentes que hacen
posible este supuesto, como el sistema Sailfish OS. Lo que no podrán hacer
los usuarios será usar Google Play para descargarse estas aplicaciones, porque
Google sí puede impedir su funcionamiento en los dispositivos Huawei.
En
el plano del hardware, los terminales de Huawei también son altamente
dependientes de las importaciones estadounidenses. El fabricante chino, que
diseña sus propios procesadores, afirma tener componentes almacenados para
surtir sus fábricas durante los próximos meses. Pero tarde o temprano notará la
ausencia de las antenas de Qualcomm y Broadcom y, sobre todo, de las memorias
de Micron y Western Digital.
Las
estadounidenses Skyworks y Qorvo venden módulos con capacidades de red, 3G y
LTE, a Huawei. Mientras que Corning proporciona el cristal Gorilla Glass para
la pantalla. Por no hablar de las europeas o japonesas que se pueden sumar al
veto, como ya ha hecho el fabricante de chips alemán Infineon Technologies.